LA idea de construir un gran aparcamiento subterráneo en la Alameda de Hércules era uno de los anuncios estrella que Zoido tenía preparados para la campaña electoral. El consejo de los técnicos, la necesidad de cambiar el PGOU y las dudas de la rentabilidad política de anunciar años de obras en la ya muy obrada zona le hicieron desistir y el proyecto se guardó en un cajón. El delegado de Movilidad, Demetrio Cabello, lo resucitó el jueves en una reunión con vecinos del centro. ¿Metedura de pata o es que el asunto vuelve a considerarse? Apuesten por lo primero.
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