Azul Klein

Charo Ramos

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Desandar el olvido

El rescate de Chaves Nogales prueba cuánto puede hacer aún la sociedad para que aflore el talento

Cuando ingresé en 1989 en la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla los profesores de redacción periodística nunca nos hablaban de Manuel Chaves Nogales. Era fácil leer La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile de García Márquez pero imposible revisar un solo artículo de La agonía de Francia. Y eso no lo supimos hasta mucho más tarde, cuando en 1993 vio la luz la Obra narrativa del periodista sevillano en la edición que Maribel Cintas preparó por encargo de la Diputación y nos descubrió un tesoro literario y ético que se nos había hurtado durante años. Hoy me consta que desde la Facultad todo son esfuerzos para que la obra "del mejor periodista español del siglo XX", como lo califica Jorge Martínez Reverte, se estudie e investigue, y para ello cuenta con profesoras tan valiosas como Mar García Gordillo, que participó en la edición de la Obra periodística rastreando material inédito también en Londres, donde Chaves murió en 1944 semanas antes del desembarco aliado.

El largo camino hacia su reconocimiento, catapultado gracias a voces como la de Trapiello y Muñoz Molina, nunca hubiera sido posible sin la pasión editorial y bibliófila de Abelardo Linares y el sello Renacimiento, sin la sagacidad de Rogelio Reyes Cano al animar a Cintas Guillén para que dedicara su tesis doctoral a la obra de Chaves, sin el tesón de Alberto Marina para que la Diputación hispalense propiciara las ediciones de sus Obras completas. A partir de ahí, biografías, como la canónica de Maribel Cintas en la colección de la Fundación Lara, premios, tesis doctorales, documentales y nuevas ediciones, cada vez más hermosas y manejables, han puesto a Chaves Nogales al alcance de todos los públicos interesados.

El periplo hace hoy escala en la capital británica con la obra Rutas del exilio español en Londres que otra gran periodista y escritora, Eva Díaz Pérez, presentará en el Instituto Cervantes de la mano de la Universidad de Sevilla. Su trabajo permitirá recorrer los jardines, calles y casas de la capital británica por donde pasearon su nostalgia de España Chaves y otros sevillanos ilustres como Luis Cernuda y José María Blanco White, pero también Rafael Martínez Nadal, Esteban Salazar Chapela, Arturo Barea, Salvador de Madariaga...

El volumen es la conclusión natural de las investigaciones que hace más de una década Díaz Pérez publicó por entregas en el diario El Mundo gracias al apoyo que encontró en su director, Francisco Rosell, y que recogió el Centro de Estudios Andaluces en un libro magnífico, La Andalucía del exilio. Para que el talento fructifique, como se nos decía el lunes en la entrega de las Medallas de Bellas Artes en Córdoba, las instituciones y la sociedad deben apoyarlo. Es una suerte que hoy todo eso se cumpla en Londres.

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