Cuchillo sin filo

francisco / correal

Despistado

EN 1955 salió del puerto de Barcelona un barco rumbo a Buenos Aires que hizo escala en Cádiz. Viajaban doce profesores en representación de otras tantas Universidades españolas. Uno de ellos era el americanista Bibiano Torres, que después ha vuelto muchas veces a ese continente, pero siempre en avión y sin el encanto del viaje por mar. Bibiano comparte tertulia todos los viernes en un bar de la Alfalfa con dos médicos escritores, Ismael Yebra y Francisco Gallardo. El primero se ha adentrado con la cámara de Antonio del Junco en los conventos de clausura de Sevilla. No es tan antagónico con los océanos que surca y estudia el americanista. Como dice en su libro el doctor Yebra, las monjas están alejadas del mundanal ruido, que no del mundo.

Hay una foto espléndida en la que unas religiosas aparecen jugando al baloncesto en un patio conventual. Es el deporte que practicó Paco Gallardo, que ha ganado el premio Ateneo de Novela Histórica con La última noche, una introspección en la cultura almohade. Uniendo los afanes de estos amigos tertulianos, uno recuerda la frase del Drácula de Coppola: "he recorrido océanos de tiempo para encontrarte".

Coincidí con Bibiano Torres en la consulta de Paco Gallardo. Empezamos hablando de un amigo común, Manuel Moreno Alonso, que pasó la Nochebuena en Alájar, en la sierra de Huelva, y la Nochevieja en La Habana. Este sabio de la España napoleónica, biógrafo de Antonio Domínguez Ortiz, es el paradigma del profesor despistado. El despiste bien entendido, que es un eufemismo de la sabiduría. El último verano se fue a Londres a documentarse sobre lord Holland, el amigo y mecenas de Blanco White cuando el heterodoxo de Jamerdana se exilió a Inglaterra. Moreno Alonso se encontró con la desagradable sorpresa de que apenas había hoteles disponibles. No sabía que Londres acogía unos Juegos Olímpicos. A Sebastian Coe, el medallista británico en Moscú 80, que ha corrido en la playa de Punta Umbría, le hubiera encantado conocer a este profesor.

Nacho Doce es un fotógrafo ferrolano que pasó por la Expo 92, trabajó en la de Lisboa y lleva dos años en Brasil. Le diré que le busque con tiempo alojamiento a Moreno Alonso en Río de Janeiro por si le da por ir a documentarse a esa ciudad en los Juegos del 2016. Me dijo Nacho antes de volver a Brasil que allí ven Europa como una segunda Latinoamérica. En la que Alemania sería Brasil; Francia, México; y España, Perú.

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