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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Día de elecciones y derbi

Esta noche habrá ganado uno u otro equipo el derbi, pero es de temer que nadie haya ganado las elecciones

Hoy es día de elecciones y derbi. A diferencia de la política nacional, el fútbol sigue siendo bipartidista: Sevilla y Betis, aquí; Atlético y Real, en Madrid; Barcelona y Madrid, en España. Visto lo poco que ha aportado el multipartidismo -Abascal con caballo, Rivera con su perrito Lucas, Iglesias con su perra Leona, Errejón como mascota de sí mismo-, si el fútbol funcionara como los partidos y los futbolistas tuvieran las luces de los actuales líderes, los partidos serían interminables tanganas.

El bipartidismo es un multipartidismo en el que dos partidos actúan como solistas, los otros como coro y la Constitución como director. El multipartidismo, como fragmentación incapaz de formar mayorías de gobierno, es una cacofonía en la que los solistas se ven obligados a compartir sus arias o romanzas con cantantes que desafinan y, lo que es más grave, que desatienden las indicaciones del director constitucional. A Ensayo de orquesta y E la nave va de Fellini me remito: en la primera el auditorio se derrumba y de entre el polvo y los cascotes emerge la voz de un director-dictador; en la segunda la nave se hunde y los divos operísticos, con todos sus inflamados egos, se ahogan. No es que Casado y Sánchez sean precisamente Caruso y Pavarotti, pero desafinan menos que los otros cuatro y tienen tras ellos partidos sólidos con experiencia de gobierno.

Esta noche habrá ganado uno u otro equipo el derbi, pero es casi seguro que nadie haya ganado las elecciones, todos pretendan haberlo hecho y se empiecen a trenzar pactos que no por legítimos son menos lesivos para los intereses de la nación y los ciudadanos. El horizonte no es tranquilizador ni en lo interno, con la crisis catalana al frente, ni en lo externo, con la desaceleración económica y las consecuencias del Brexit en cabeza. Ello exige de los partidos una altura de miras y una visión de futuro de los que nazcan consensos en lo que a los intereses generales se refiere. Cómo financiar el Estado de bienestar, integrar a los marginados sean españoles o migrantes, crear expectativas de futuro para los jóvenes, garantizar las pensiones, reducir el paro ofreciendo empleo digno, fortalecer la sanidad, garantizar la seguridad, avanzar en igualdad, afrontar el cambio climático o fomentar la natalidad son problemas reales, complejos y urgentes que ni se pueden ignorar ni afrontar con soluciones simples que los agraven.

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