ESTE primer sábado de septiembre es día de peregrinación por la gente que sigue creyendo en la magia de la Goyesca. A pesar de lo que ha cambiado, la Goyesca continúa trasminando magia y encanto. Nada que ver con lo que significaba bajo el influjo del mayestático Antonio Ordóñez a cuyo rebufo acudían las aristocracias más dispares, la de la sangre y la de la cultura o el arte en sus más variadas materias. Pero el legado del gran Antonio cayó en buenas manos, las de su nieto mayor, que continúan dándole a esta corrida un barniz que le viene estupendamente para que haya veces en que el oropel parezca oro de muchos quilates. Hoy es sábado de Goyesca y Ronda será cuenca receptora de aficionados que van desde Sevilla, Jerez o Marbella para no perderse el rito. Ese rito que era puro prodigio antaño y que, a pesar de los pesares, continúa teniendo tirón para la nostalgia y la incursión por el túnel del tiempo.