La abyección, la inhumanidad, la exhibición y explotación morbosa de atrocidades son mareas que avanzan y, ante el breve rechazo que provocan, retroceden. Pero nunca lo hacen a su punto de inicio: siempre ganan un terreno al que ya no renuncian. La siguiente marea arranca desde ese lugar ganado y llega más lejos. Así va conquistando la basura informativa posiciones cada vez más avanzadas, impúdicas y desvergonzadas. Así se va creando insensibilidad social. Así los medios de comunicación -todos: prensa, radio y televisión- se convierten en una feria de los horrores llena de detalles morbosos que nada añaden a la información.

Está pasando con el caso de Diana Quer. Se han emitido o publicado las imágenes del traslado del cuerpo tapado por una sábana. ¿Qué añade esta imagen a la información? Se han dado los detalles más escabrosos sobre el estado de conservación del cuerpo, el efecto de la prolongada inmersión sobre los órganos y la autopsia. ¿Qué añaden estos detalles de medicina forense a la información? Se han reproducido fotos de la víctima en actitudes y momentos diversos, a veces, como tantas chicas y chicos jóvenes hacen, en poses juguetonamente atractivas. ¿Qué añade este material privado -que lo es aunque circulara por las redes, sobre todo dado que la protagonista está muerta y por ello totalmente indefensa- a la información sobre el crimen?

Informativamente, sólo había tres noticias que dar: la investigación que ha descubierto al presunto asesino, el hallazgo del cuerpo y la confirmación de que se trata de Diana Quer. Las fotografías del traslado del cuerpo o los detalles que jamás deberían salir fuera del ámbito de los informes de la medicina forense son espectáculo morboso y basura informativa. Una cosa es la transparencia y otra la pornografía. ¿Qué puñetas hacen los médicos forenses interviniendo en programas de radio y televisión para dar los detalles de la conservación o putrefacción del cuerpo, del proceso de saponificación o de los medios a través de los que se indagarán en los restos las huellas del crimen? No se trata solo de ética periodística, también médico-forense e incluso policial. Titulares como "Lo que nos pueden decir los huesos de Diana Quer" o "En busca del delito en los huesos de Diana Quer", publicados en periódicos que se tienen por serios, deberían avergonzar. No lo harán. La marea de abyección e insensibilización avanza.