PARECE mentira lo que unos pocos pueden hacer para que se denigre la imagen de unos muchos. Es lo que pasa en el gremio del taxi, tan honrado como cualquier otro, pero siempre puesto en cuarentena por culpa de algunos de sus miembros. Es lástima que un oficio tan arriesgado y de tanto sacrificio se encuentre desprestigiado por una facción del mismo que más parece banda de delincuentes que taxistas. Me consta el sufrimiento que las prácticas de dichos bandidos ocasionan en el resto del colectivo y el quebranto anímico de tantos padres de familia por culpa de esa lacra que llena de mierda a todo el colectivo. Terminadas las grandes celebraciones, a la hora del balance ha aflorado una auténtica oleada de irregularidades ante las que se siente impotente el Ayuntamiento, incapaz de impedir que esos tipos campen a sus anchas, deterioren la imagen de todo el gremio, y peor aún, la de nuestra ciudad.