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Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Disfunciones

OLGA Bertomeu hace muy buena radio, amena, de servicio público. Muy bien. En Canal Sur Televisión estrenaba el martes pasado un correcto programa. Y era otro programa de radio. En busca de la felicidad es radiovisión, un formato radiofónico con cámaras, sin ninguna aportación visual salvo sus chillonas pantallas.

Bertomeu es palabra y orientación, una versión real de En terapia, pero sin los recursos dramáticos de Gabriel Byrne y sus pacientes. El gabinete de En busca de la felicidad presenta testimonios de gente sin complejos, con entrevistas demasiado prolongadas, y anima a afrontar la vida con optimismo. Es una sincera excentricidad en la nueva programación de la autonómica, que sale en la noche de los martes con un Renault en la Fórmula 1 del prime time. Bertomeu tiene su lado adusto y por eso le han colocado una presencia masculina vivaracha, la del flequillo de Enrique Gallego. Este gaditano se ha curtido en la televisión local y en el reporterismo multitarea. Su papel es el de Juan Carlos Cerezo con Carmen Sevilla en Cine de barrio; el que hicieran sus paisanos Hidalgo y Cantizano con Ana Rosa. El contrapunto chispeante-juvenil. El de yerno ingenuo y de buena planta. Gallego se deja llevar con desparpajo por el talante algo seco de su madrastra televisiva.

Fue precisamente con Ana Rosa cuando Olga tuvo su mayor popularidad nacional en su papel de sexóloga de sobremesa. En la parte final del estreno, la dedicada a lo sexuarrl, fue donde Bertomeu estuvo más suelta, cuando el público pensionista le ululeaba al recomendar a los varones que utilizaran la "lengüíta" y las "manitas" ante una disfunción eréctil. A Canal Sur le ha surgido la vocación de Dos rombos. Cosas de nuestras segundas modernizaciones tan decimonónicas.

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