Este fin de semana que pasó como media verónica con la que rematar septiembre era muy celebrado en mi barrio. San Lorenzo, San Vicente, el Museo y la Puerta Real como epicentro en esta secuela de la Merced. Fin de semana en que el barrio se echaba a la calle para acompañar a la Virgen de las Mercedes en su vuelta a casa desde la parroquia. Había mucho de pueblo en fiesta ese domingo en que los balcones se engalanaban desde San Vicente a la capilla de la Puerta Real y se veía en las caras que vivíamos la noche de un gran día. Hubiera sido antier, pero otra frustración más ha sido no ver a la que lleva las esposas en sus manos pasear por el barrio en loor de cariño. Han devenido en cascada las privaciones de este maldito bisiesto y la incógnita no puede ser más inquietante, ya que si los que deben contener el problema no saben qué hacer, pues ya me dirá usted.
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