Hoja de ruta

Ignacio Martínez

Dramática acordeón

LA operación acordeón para reducir los 317 organismos y empresas públicas de Andalucía, va a ser dramática. La prueba práctica la encontramos en Cataluña, donde ya se está intentando. Con dudoso éxito. El Gobierno catalán cogió el toro por los cuernos, estableció una serie de criterios de desburocratización. Y, muy a la europea, encargó a un grupo de expertos un plan de racionalización de su sector público. Los expertos han establecido que de los 240 organismos y entidades de la Generalitat, se pueden suprimir 104 y fusionar otros 44. Sólo se salvan 97. El tripartito se ha quemado con la patata caliente del informe técnico. Total, que han anunciado la reducción de 63 empresas públicas solamente. Los expertos, han llegado a recomendar al Govern que modifique sus propios criterios, porque los incumple reiteradamente.

Al margen del número de empresas afectadas y de la dificultad de cerrar unos organismos con miles de empleados en la actual situación del país, el informe tiene unas consideraciones que son un buen retrato de la España de los últimos años. Por ejemplo, en Cataluña se creó un sector público superior al que objetivamente su administración requería, lo que encareció los costes, dificultó el control de esas empresas y la coordinación de sus actividades. No se justifica la existencia de algunos organismos, cuyas funciones podrían haber desarrollado los servicios de la administración. Ha habido solapamiento y duplicidades. ¿Les suena?

Este discurso no se produce sólo en las regiones más desarrolladas. El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en marzo en una entrevista en TVE, decía que "tenemos una estructura de la administración creada para la época de bonanza, que ahora no podemos pagar; esto no es demagogia, es sencillamente reconocer que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, como país, como región, como familias, como empresas". Y añadía que España debe tres veces lo que es capaz de producir en un año; hemos sido ricos, pero con cargo a deuda y eso lo tenemos que ajustar. El diagnóstico está hecho y en algunos lugares diseñada la terapia. El problema es coger el bisturí.

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