Primer asalto de enjundia esta noche en Nervión. Un duelo de altura con el coloso sólo a un punto en Liga, lo que equivale a pensar que esta eliminatoria de Copa está en el aire. Se trata, igualmente, de una colisión entre rivales muy en alza y que cuentan sus citas por victorias. Y es que quien llega a Nervión es el Barça de Leo Messi, esa máquina de destrucción masiva de rivales que viene de poner el mingo en la otra punta de la ciudad.

En el Sevilla de un triunfo por actuación ha vuelto la calma que se soliviantó viendo cómo su depredador Ocampos caía víctima del infortunio. No estará el argentino durante varias citas, pero tiene Lopetegui en su vestuario un fondo de armario que apenas da lugar para extrañar ausencia alguna. La plantilla sevillista está tan compensada, tiene recambios tan competentes, que la baja del verticalísimo jugador argentino no debería dejarse sentir por motivo alguno.

Pero dejemos aparte lo anecdótico para ir al meollo de este primer round copero con el coloso azulgrana. Sabiendo cuáles son los bueyes con los que ara, Ronald Koeman le daba un respiro el domingo a sus estandartes para sólo utilizarlos cuando llegara la hora de la épica. Y en ese punto crucial de la cita con el Betis, esos estandartes, léase Messi y la compaña, bien que dieron el do de pecho para que el Fútbol Club Barcelona no viera más alejadas sus posibilidades ligueras.

Hoy no tiene por qué incidir esa Liga en la que Sevilla y Barça andan a un solo punto de distancia. Quiere decirse con esto que aventurar un favorito para este primer asalto es poco científico, muy de cara o cruz. De todas formas, siempre quedaría un segundo asalto que se fía a principios de marzo en el Camp Nou. Claro que quien da primero suele dar más veces y lo cierto es que dentro de la sobredosis de Barça en Sevilla, hoy una dosis más y quedarán más, dos más.