LEO que "la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias seguirán siendo patrimonio de la Unesco y, además, bienes de Valor Universal Excepcional, al reconocerse la vinculación de estos monumentos con el Descubrimiento de América". A ver si me aclaro. Porque, o servidor está equivocado, y con él todos los historiadores que en el mundo han sido, o los señores del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco reunidos en Brasilia abusaron la noche antes de la caipiriña y otros conocidos encantos brasileños. Ya lo decía Eydie Gorme: "Échale la culpa a la bossa nova de lo que pasó".

Que yo sepa América fue descubierta en 1492 y la Sevilla americana vivió entre 1503 y 1717, hasta que la Casa de Contratación se trasladó a Cádiz. Mientras que Abderramán III construyó el Alcázar en el año 913 y a partir de entonces fue ampliado por Almutamid (siglo XI), los almohades (siglo XII), Alfonso X (siglo XIII), Alfonso XI y Pedro I (siglo XIV)… Hasta que las riquezas americanas permitieron sus reformas de los siglos XV y XVI que después fueron prolongadas por casi todos los reyes españoles hasta Isabel II. Que yo sepa la Giralda se alzó entre 1172 y 1182. Y la Catedral se construyó entre 1401 y 1507, aunque sus importantes añadidos renacentistas -Capilla Real, Sacristía de los Cálices o cuerpo de campanas de la Giralda- no se terminaran hasta 1593.

Así que americano, americano, lo que se dice americano, sólo lo es el Archivo de Indias, de finales del siglo XVI, y los añadidos ya mencionados del Alcázar, la Catedral y la Giralda. Todo lo demás, que es el grueso del legado patrimonial, pertenece a los tiempos anteriores al Descubrimiento. Se me escapa por qué, para darles aún más valor del que tienen, se mete todo en el cajón americano.

Pero no es esto lo peor de la reunión brasileira de los de la Unesco. A la bossa nova hay que echarle la culpa de algo mucho más grave. Incluso más que el aprobado justito y pendiente de revisión en septiembre que le han dado a la torre Pelli para hacer aún más confusa su situación. Se trata de eso de "zona de amortiguamiento de los bienes" de Valor Universal que, por lo visto, es un ancho cinturón que debe ser vigilado para que ningún elemento arquitectónico los perturbe. Dentro de él, lógicamente, hay otro cinturón más estrecho en el que se integran los monumentos. Esta zona no debe ser ya sólo vigilada, sino cuidadosamente conservada para que, según los señores de la Unesco, el desarrollo urbano no tenga un impacto negativo sobre los bienes declarados. Hasta donde llegue esta zona ultraprotegida es un misterio del que nos ocuparemos mañana.