Tribuna económica

Rogelio / Velasco

Economía de las pandemias

COMO no tenemos problemas acumulados, lo que nos faltaba es que alguna enfermedad infecciosa dañara gravemente a la salud humana y se extendiera rápida y fácilmente por todo el mundo.

A la hora de escribir estas líneas, la Organización Mundial de la Salud tenía identificados 1.124 casos del nuevo tipo de gripe, con 26 casos de muerte asociados a la enfermedad, la práctica totalidad en México.

La historia está repleta de epidemias que se han extendido por todo el globo, con una velocidad que ha dependido de los métodos de transporte. Desde la aplicación de la máquina de vapor a los sistemas de transportes, la difusión se mide en días y horas, frente a las semanas o meses que transcurrían cuando el tiro de los animales o el viento nos transportaban. La antigua lentitud representaba una protección natural frente a las enfermedades. La gran gripe de 1918-20, afectó a 30 países. En unos pocos días, ya llevamos más de 20 en todo el mundo con algún caso reconocido.

Ventajas e inconvenientes. Las epidemias se difunden hoy con mucha mayor rapidez, pero contamos también con métodos de detección y de curación más eficaces. La información centralizada a través de la OMS permite obtener datos actualizados sobre la evolución territorial. También contamos con stocks de medicamentos para combatir las enfermedades o con laboratorios con capacidad para fabricar otros nuevos, como nunca antes en la historia.

No podemos estar todavía seguros de los efectos que sobre las vidas humanas y sobre las economías va a deparar la actual pandemia de gripe. Si miramos al pasado, los efectos económicos fueron muy graves. La gran gripe de 1918 provocó una reducción media del PIB del 6,6%. Pero en algunos casos, el efecto fue devastador. El PIB italiano se contrajo un 22% como consecuencia de la gripe. No sólo la paralización de los intercambios comerciales y la parada de muchas fábricas afectaron a la producción. El problema añadido fue que la enfermedad causó estragos entre la población en edad de trabajar, diezmando, de esta forma, el número de ocupados.

Crisis más recientes -como la de la gripe aviar de 2002- han provocado también un fuerte impacto económico, aunque más limitado en el tiempo y concentrada en determinados sectores. En la bolsa española, las compañías de transporte aéreo y hostelería se han dejado un 20% de su valor en sólo unos días.

Sólo cuando estemos seguros de que la enfermedad está controlada y sus efectos no tan mortíferos como al principio se creía, se restablecerá la confianza y la economía podrá superar este obstáculo. Mientras tanto, las autoridades sanitarias están haciendo llamamientos a la calma. Pero si leemos el texto de la OMS, conduce más a la inquietud que a la seguridad: habla de modelos matemáticos de difusión del virus y de la experiencia histórica, para concluir que recomendar no viajar, es inútil para detener la difusión. Entonces, ¿viajamos o no?

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