LA falta de hábitos democráticos disuade a probar la relación de fuerzas entre el individuo y el sistema. Hasta que se descubre cómo hoy en día la transparencia y la reputación son el talón de Aquiles de los Goliat, y un solo David puede obligarles a cambiar si les monta una campaña certera que ponga en jaque su prestigio. Reaccione, querido lector, vea lo que ha logrado un bloguero llamado Pablo Herreros. Cabreado por la entrevista a la madre de El Cuco en La Noria, tomó nota de las empresas que se anunciaban en ese paradigma de la telebasura. Publicó la lista dentro de la plataforma Actuable, desde la que se anima a secundar iniciativas para mejorar el mundo. En 72 horas, más de 6.000 españoles mostraban su repulsa contra las marcas que buscan notoriedad girando con La noria. El pasado jueves, cuatro grandes empresas, Nestlé, Bayer, Puleva y Campofrío, todas prestigiosas y respetables, comunicaron que dejarán de anunciarse en La Noria. La iniciativa de un ciudadano le cambia el rumbo a consejeros delegados de poderosas empresas, ponen a salvo la reputación de sus corporaciones y de sus produ ctos a la venta.

El poder es de los ciudadanos, ahora y siempre. Como no lo ejercemos, otros se lo apropian y lo pervierten. Con la extensión de las redes sociales y la propagación instantánea a que dan pie, usted tiene la misma capacidad que Pablo Herreros para aportar una buena propuesta que sobresalga en el ruido de fondo de internet,y se convierta en cuestión de horas o días en una movilización a tener en cuenta. Amén de sumarse a las que activen otros miembros de la colectividad.

Los personajes deplorables que prostituyen el poder están todos al albur de lo que usted decida, o de lo que promueva en un mensaje de Twitter o en un grupo de Facebook. Hoy es más posible que en cualquier otro momento de la Historia. Por eso es pura obsolescencia la campaña electoral que le están ofreciendo. El mundo va por otros derroteros.