Antonio Sanz ha abandonado la Delegación del Gobierno en Andalucía dejando alto el listón. Supo dar contenido político a un cargo que antes no pasaba de una mera función institucional y administrativa y ha estado a la altura en hechos tan complicados como los incendios del Parque de Doñana del año pasado o el pulso del narcotráfico al Estado en el Campo de Gibraltar de los últimos meses. En el acto de relevo, celebrado el viernes en la Plaza de España, tanto el nuevo delegado, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, como la presidenta de la Junta, Susana Díaz, tuvieron palabras de reconocimiento para la labor realizada por Sanz. No es demasiado frecuente.
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