No terminan de congeniar. El alcalde y el jefe de la oposición no tienen una relación modélica. Beltrán Pérez no deja de buscarle las cosquillas a Juan Espadas. Es una tarea difícil porque no se trata de un alcalde con puntos débiles ni con mala fama. Pero el portavoz del PP no se cansa de intentar erosionar la imagen de su oponente, con denuncias en la prensa y en las redes sociales. Y eso disgusta a un alcalde que, bien es verdad, mantenía el tono moderado hasta cuando le tocó ejercer la oposición. Espadas está a gusto con el apoyo de Ciudadanos. Le garantiza estabilidad. Y eso obliga al PP a redoblar los esfuerzos para intentar desgastar al alcalde.
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