Hace unos días, el New York Times contaba cómo tras la caída el 9 de octubre de Sebastian Kurz, antiguo niño prodigio político de Austria que fue primer ministro con 31 años, se ha descubierto una trama corrupta de encuestas falsas. La fiscalía sostiene que muchas de las encuestas de las elecciones de 2017 fueron manipuladas y que el Partido Popular austríaco pagó mediante intermediarios a uno de los grandes tabloides del país para crear un clima favorable a su victoria. Y una vez en el poder, Kurz institucionalizó el sistema, utilizando el dinero de los contribuyentes para elevar la apariencia de su propia popularidad. Esto nos suena a conocido en el ámbito doméstico. José Félix Tezanos ha desacreditado al Centro de Investigaciones Sociológicas con bombardeos a la opinión pública de sondeos en los que siempre que se equivoca es a favor del PSOE. Consiguió un récord en noviembre de 2019, cuando el CIS en lo alto de la horquilla daba 150 diputados a Pedro Sánchez, que sacó 120.

Animar el viento de cola a tu formación no es exclusivo del PSOE español o del PP austríaco, aquí en Andalucía Elías Bendodo ha reciclado el Centro de Estudios Andaluces, e implantado un barómetro propio que nada desmerece del botafumeiro de Sánchez en manos de Tezanos. Alguien con buen tino lo bautizó como bendodómetro: le da al presidente andaluz lo que haga falta en popularidad, votos y escaños; sin pudor. Esta semana el Centra nos ha anunciado que Juan Manuel Moreno supera en aceptación (6,6) a cualquier presidente anterior y que el jefe de la Junta duplicaría sus escaños de 2018. Como no se corta un pelo, también pone bajo palio al vicepresidente Marín (5,4) como segundo político mejor valorado de la región. Todo queda en casa.

Kurz ha sido pionero en otras cosas, además de la precocidad. Por ejemplo en pactar sin apuro con la extrema derecha populista austríaca, el FPÖ, que tiene un nombre que encantaría a Ayuso: Partido de la Libertad. La coalición forjada con el ultranacionalista Heinz-Christian Strache se acabó en 2019, cuando pillaron al vicecanciller en Ibiza aceptando un maletín para financiar ilegalmente su partido. Es uno de los muchos ejemplos que hay en Europa de ausencia de cordones sanitarios. Y una colaboración con el populismo de derechas que se adelantó en un año a los acuerdos de investidura y parlamentarios que PP y Cs tienen con Vox en Andalucía.

La exagerada política de autobombo con encuestas públicas tiene varias secuelas. Una de ellas es que el PP regional se ha olvidado del compromiso inicial de Moreno de limitar su mandato a ocho años. Tras el Consejo de Gobierno de esta semana Bendodo ha dicho que eso entraría en vigor cuando se aprobase una ley al respecto. Aquí el único que se ha autolimitado el mandato y lo ha cumplido ha sido Aznar. Pero en el PP andaluz se han quedado con el culto a la personalidad del líder.

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