TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

El Currinche

Íñigo / YBARRA / MENCOS

Espadas malagueñas

ÚLTIMAMENTE llegan de Málaga noticias con enjundia y poderío. Se nota que el "Eje" que sacará a Andalucía de su postración pivota sobre la bella población mediterránea. Es una ciudad dada al comercio, y como tal no deja pasar una en su beneficio, lo cual está muy requetebién pues la caridad empieza por uno mismo. Eso más o menos debió pensar durante tres años -durante treinta y seis meses del ala que se dice pronto-, el diputado socialista malagueño don Luis Guerrero al percibir en su cuenta corriente los dos mil euros que un bienhechor anónimo le ingresaba puntualmente cada principio de mes. ¡Setenta y dos mil pavos de nada! Y eso sin contar los extras de vacaciones y demás. Por supuesto el desconocido donante no podía ser otro sino la Junta de Andalucía, entidad bondadosa donde las haya, muy aficionada a repartir favores entre los parias de la tierra con los dineros previamente arramblados a los ricachones andaluces.

Y es que Málaga navega viento en popa gracias a la ventolina que sopla desde el palacio de San Telmo y también desde el Ayuntamiento de Sevilla. Los ruegos del señor Espadas a favor de la realización del metro malagueño deben enmarcarse en dicho chiflón. Posiblemente el alcalde pensará que si perdió las elecciones no fue por culpa suya, sino por la de los desagradecidos ciudadanos que no le quisieron votar mayoritariamente; con esos mimbres el hombre no se siente obligado a gobernar en beneficio de ellos, es más, prefiere castigarlos con una estupenda subida de impuestos. ¿Que las nuevas tasas ayudaran a incrementar el paro sevillano? Qué más da cuando uno se siente más identificado con el Mediterráneo que con los quejosos hijos del Guadalquivir. ¿Acaso no favorece el uso de la bicicleta en Sevilla? ¿Qué más quieren esos desagradecidos?

Lo que más risa da en el asunto de Málaga y la subida de impuestos es el careto que se le ha puesto últimamente al presidente de la CES, don Miguel Rus -al que Dios conserve su infalible clarividencia empresarial por lustros sin término-. Antes de las elecciones municipales, en el transcurso de una conferencia, apoyó abiertamente las bondades del señor Espadas tildándolo, más o menos, como el candidato mejor preparado para impulsar la economía sevillana. ¡Pues toma nísperos y trasiega impuestos! Quizá quiera hacer méritos ante el presidente de la CEA quién, casualidades de la vida, es malagueño.

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