Las empinadas cuestas

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Qué Europa

HACE unos días celebramos un debate, organizado por la Fundación Alfonso Perales, entre Ignacio Escolar, director del El Diario.es, y Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, sobre la Europa que queremos; fueron muy críticos con la situación actual de esta UE que poco tiene que ver con la que necesitamos.

Después de dos terribles guerras mundiales, lo que hoy conocemos como UE fue un gran invento, que ha servido, con precariedad, de amortiguador de ese afán belicoso de la humanidad, por esa idea de pertenencia a una patria, a una bandera, pretextos para matarnos entre nosotros, olvidando aquello del internacionalismo.

Pocos años separan a la España más europeísta de ésta de hoy, la de los recortes, crisis y austeridad; años en los que hemos corrido mucho para la unión económica y nada para la política, reiteró Ignacio Escolar; el fracaso de la aprobación de la Constitución europea nos dejó sin la Europa democrática que precisamos. En ésta tienen más poder los estados que la ciudadanía y, por tanto, nada puede hacer para modificar, por ejemplo, el funcionamiento del Banco Central Europeo que tanto mal está causando.

El profesor Juan Torres insistió en la idea de que esta Europa nos está provocando más daños que beneficios e insistió mucho en el mantenimiento del Estado de bienestar y en la necesidad de que sirva para crear empleo, porque si esto no ocurre, no vamos a ninguna parte, como está sucediendo.

La Europa que queremos es la que cree empleo, con un BCE que desarrolle una política monetaria anticíclica, un salario mínimo europeo y una inversión productiva que tenga un tratamiento contable especial, para incentivar el gasto inteligente de los gobiernos. Triplicar los fondos de garantía del empleo juvenil, fortaleciendo el fondo social europeo para los parados de larga duración, pasar de la autorregulación a la regulación, de la socialización de costes a la internacionalización y de la especulación financiera a unas finanzas sostenibles al servicio de la economía real y muchas cosas más.

Una nueva directiva europea para la aplicación del principio de igualdad de oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres en el empleo y la ocupación, que acabe con la brecha salarial y de pensiones; una ley de igualdad, como instrumento de acción constante y consensuada en las empresas que mejore la equidad. En la Europa que queremos contarán siempre las mujeres.

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