Desde el fénix

José Ramón Del Río

¡Felicidades, Ateneo!

PERMÍTAME, amigo lector, que escriba hoy para felicitar al Ateneo gaditano, que cumple nada menos que 150 años. Teniendo como precedente al Liceo Gaditano, se funda en 23 de junio de 1858, con el propósito de "conciliar la instrucción y el recreo, haciendo compatible el estudio de las ciencias y de las artes, con un bien entendido y aprovechado ocio". Sólo le gana en antigüedad el Ateneo madrileño y precede, por dos años, al de Sevilla, con el que está hermanado.

Los ateneos son consecuencia del pensamiento liberal y también de las aficiones literarias, artísticas y científicas que tiene la sociedad de mediados del siglo XIX. Junto a la nobleza rural, la burguesía surgida del comercio aspira a ennoblecerse con la preparación cultural. Quizás por ello, en Cádiz, recién salidos de las Cortes de 1812, el clima liberal y el nivel cultural hacen prender la llama de esos círculos de ciudadanos que quieren cultivarse y también entretenerse. Aunque los ateneos deben su nombre a un tal Ateneo Naucratis, que en el año 2000 d.J.C. escribió un Banquete de los Eruditos, en el que se relatan debates sobre filosofía, literatura, derecho y medicina, no se constituyen para el sector elitista de la sociedad, sino, bien al contrario, para instruir, como si fueran escuelas, a la clase trabajadora, ya que entonces existía déficit de aquéllas.

Lo que han hecho y siguen haciendo los Ateneos es cohesionar a la sociedad civil, ofreciéndole alternativas y lugar de debate y encuentro para las cuestiones culturales en su más amplio sentido. Y lo hacen según el signo de los tiempos. Antes, se votaba si Dios existía o sobre el sistema de regadíos. Ahora, además de defender la noble causa de la lengua castellana, en sus tertulias se discute no sólo sobre arqueología o música, sino también de fútbol o toros. "Asilo de golfos, escuela de bohemios, forja de conferenciantes y galera de opositores" llamó Umbral a los ateneos, pero si se encontró con algunos de aquéllos, también debió de ver a Unamuno, Ortega, Perez Galdós, Antonio Machado, Buero Vallejo, Hierro, y aquí, en Cádiz, a Adolfo de Castro, Cayetano del Toro, Rafael de la Viesca y José María Pemán.

El Ateneo gaditano, desde su sede en casa propia en la calle Ancha, ha organizado para conmemorar sus 150 aniversario un congreso iberoamericano de ateneos, que hoy comienza. Allí se dictarán conferencias, se expondrán archivos recuperados y se celebraran tertulias y debates. Son los hombres los que están detrás de las instituciones. Por ello, la felicitación hay que personalizarla en los que tan acertadamente dirigen la institución: en los miembros de su junta directiva, que preside Ignacio Moreno.

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