AUNQUE el Betis ande descolgado de esas cotas en que se mueven los demás participantes, el doble duelo de hoy entre madrileños y sevillanos presagia una magnífica fiebre de sábado noche. De siempre han sido dos buenos carteles y yendo por orden cronológico hay que resaltar que los dos últimos resultados hacen que el Betis acuda al coliseo de la Castellana con unas opciones que antes se hubiesen antojado impensables. La efectividad mostrada en Nervión y la firmeza con que le sostuvo la mirada al Barça han conseguido que el Betis cotice al alza cuando se acerca la hora de plantarse en el Bernabéu.

Y otro detalle que puede beneficiar al equipo bético -sólo es una hipótesis- viene de la proximidad de una cita crucial, la que tendrá el Madrid con el Liverpool el miércoles. Engorilado en el acecho al Barça, quizá lo del Liverpool quede en lista de espera, pero el subconsciente también emite órdenes y éstas pueden aliarse con ese Betis que tan bien y con tanto empaque encaró la subida del Tourmalet. Y sin tiempo para tomar aire, aparecerá un partido lleno de cuentas pendientes desde que el mundo es mundo, pues desde que uso la razón, un Sevilla-Atlético de Madrid acarrea muchas cuentas pendientes en su equipaje.

Si ya en el viejo Nervión el Atleti era acogido como si fuese el mismísimo demonio en recuerdo a aquello que perpetró el dúo catalán Azón-Saz, ahora está vigente que el Sevilla se quedó sin repetir en Champions porque perdió los dos partidos con los rojiblancos. La historia no tiene por qué repetirse, pues además del colchón de cinco puntos que el Sevilla disfruta respecto al Atleti, ya dio primero en el Calderón gracias al libre que el ausente Luis Fabiano transformó. El Sevilla parte de favorito, como parte el Madrid un par de horas antes, pero si el Betis ganó crédito, el Atleti es capaz de cualquier cosa, por lo que quien duda de la fiebre de este sábado noche.