La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Fin triste de un modelo de modernidad

Fue una de las muchas formas de maquillar una imagen. Y con la implantación de Antares en Tabladilla, lo que hubiese de provinciano en Sevilla se edulcoraba con su apertura. Gobernaba pujante el PSOE con Felipe González al frente y la ciudad embocaba la recta definitiva que iba a galope tendido hacia la meta soñada del 92. Los hermanos González-Barba decidieron en una apuesta de indudable riesgo dotar a Sevilla de un sosias del madrileño Club Siglo XXI y no se me olvida el impacto que tuvo aquello en la ciudad. Recuerdo cómo de la mano de Manolo Santana entró el squash y cómo la Sevilla moderna de políticos y ejecutivos que inauguraban deportivamente cada jornada se apuntó al invento. Ha durado poco más de treinta años, aquella crisis que cierto mentecato calificó de desaceleración fue el principio del fin y desde hace una semana, Antares ya no existe.

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