Fragmentos

Juan Ruesga / Navarro

Flamenco y peñas

LA semana pasada en la Peña Flamenca Torres Macarena, durante la actuación de un grupo de baile, se personó la Policía Local, al parecer, por la denuncia de un vecino por los ruidos producidos. La peña estaba a rebosar de socios y el resultado final es que, después de algunos nervios, la actuación se interrumpió. Con independencia del derecho de todas las partes, la situación plantea una serie de reflexiones que creo merece la pena comentar.

La Peña Flamenca Torres Macarena existe desde 1974 y está programando actividades casi todas las semanas en el mismo local de la calle Torrijiano desde el año 1976. Es uno de los puntales del flamenco en Sevilla y, como la otra docena de peñas flamencas de la ciudad, tiene como uno de sus objetivos "cuidar, fomentar, proteger e impulsar nuestro cante flamenco, mirar por él, librarlo de impurezas, devolverlo a su auténtica realidad". Allí han dado sus primeros pasos valores del flamenco como José de la Tomasa, Esperanza Fernández e Isabel Bayón. Su labor es reconocida por todos y por el propio Ayuntamiento, que concede apoyos a las peñas para desarrollar sus actividades a través del Área de Cultura.

¿Tiene sentido que la Policía Local vaya durante una actuación? ¿Qué ha cambiado para que ahora molesten las actuaciones flamencas que se vienen realizando desde hace más de treinta años? En estos últimos tiempos las ordenanzas municipales de ruido se han hecho más exigentes y, sobre todo, para los locales con viviendas colindantes, como es el caso, son extraordinariamente exigentes. Las normas tienen su fundamento y los vecinos sus derechos, pero el resultado es la práctica imposibilidad de tener actividades culturales con música en el casco urbano y con especial dificultad en el caso del flamenco, por ser actuaciones en vivo.

No hay que descubrir la importancia del flamenco en nuestra cultura y el arraigo de los locales flamencos en Sevilla desde los cafés cantantes hasta hoy. Y el momento de esplendor al que hemos llegado con los grandes creadores reconocidos internacionalmente, especialmente en el baile y el toque. Con hechos culturales indiscutibles, como la Bienal de Flamenco de Sevilla, buque insignia de los certámenes que se celebran por todas partes. El Gobierno andaluz creó hace años la Agencia para el Desarrollo del Flamenco y la Consejería de Cultura ha firmado un convenio con el Instituto Cervantes, para que en este año el flamenco esté presente en la programación de toda la red de centros que el instituto tiene por todo el mundo. Aspiramos a que la Unesco reconozca el flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Éste es el vértice de la pirámide. Pero la base, el cimiento, son la peñas flamencas, de las que sólo en nuestra provincia hay 74, repartidas por todos los pueblos. Es en las peñas donde surgen los nuevos valores, donde se custodia el flamenco más puro. Queremos flamenco y queremos peñas flamencas y queremos que puedan existir en el casco antiguo y Triana. Y queremos que las normas se respeten. Y todo ello tiene que ser posible.

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