La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Gamberros sin causa

Hace una década ya se publicaba que Barcelona era la nueva capital europea de los grupos antisistema

No tengo duda de que las malas bestias que están perpetrado los desmanes de Barcelona son violentos gamberros para los que toda causa es pretexto. La Renaixença, las Bases de Manresa, Aribau o Mossèn Verdaguer -en el caso de que sepan qué y quiénes son- les importa tan poco como la independencia. Ninguna causa o ideología convierte a los pacíficos en violentos: son estos los que se sienten atraídos por las que les permiten dar rienda suelta a su naturaleza. Las checas, los fasci di combatimento o las Sturmabteilung (SA) se nutrieron de estas malas bestias que encontraron en el comunismo, el fascismo y el nazismo nacientes el entorno ideal para sus naturalezas. No hay dictadura sin matones ni matón que no encuentre su causa.

A los gamberros violentos de Barcelona y a sus colegas europeos les da igual que esta causa-pretexto sea la independencia de la república catalana, una victoria del Barça, una cumbre del G7, el precio de los combustibles, el burgalés bulevar de Gamonal, el plan Bolonia o los sucesos que desataron el vandalismo en agosto de 2011 en Inglaterra. Los gamberros sin apellidos o antisistema aprovechan lo que sea para desatar una violencia extrema.

El caso catalán es especialmente grave porque este huevo de serpiente se ha incubado en las más altas instituciones, porque hay gamberros antisistema preparados para la guerrilla urbana y porque en Barcelona se les ha consentido y apoyado desde hace demasiado tiempo. Hace una década ya se publicaba que Barcelona era la nueva capital de los grupos antisistema desbancando a Ámsterdam y Berlín. Se les ha jaleado y dado una causa pretexto. Torra ha defendido con media boca la protesta pacífica -que por lo visto incluye colapsar autopistas, estaciones de tren y aeropuertos- sin condenar la tremenda violencia desatada en las calles de muchas ciudades catalanas. Han alentado a los CDR y Arran y se les ha ido de las manos. ¿O no? La portavoz del Govern dijo: "Compartimos la rabia de la gente y mostramos nuestra solidaridad con los ciudadanos que se manifestaron de forma pacífica, pero también con acciones contundentes como el colapso del aeropuerto de El Prat". Como Girón a la Embajada británica en 1942, la Generalitat envía a la vez a la Policía y a los manifestantes. Pero en la tolerancia con los movimientos antisistema no sólo tienen responsabilidades los independentistas. Y Sánchez, de don Tancredo.

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