Antonio Matías Guiu fue un periodista, comediógrafo y guionista de historietas que escribió los divertidísimos Diálogos para besugos del DDT. En ellos demostraba tanto ingenio como dominio del lenguaje. "Jugué con la palabra -dijo-, apuré al máximo el sentido de cada vocablo, mezclándolo con otro de fonética similar con distinto significado hasta lograr que de los dos dialogantes ninguno supiera quién había iniciado la trama de desatinos". Una definición perfecta del Gobierno de España. Valgan dos ejemplos.

Va Iglesias y dice que le merecen "distinta consideración moral" el "exilio" de Puigdemont y la "huida" de Juan Carlos I, por supuesto en favor del primero. Añade que en España hay presos políticos y exiliados. Remata comparando a Puigdemont con los republicanos exiliados. Y Sánchez callado, algunos notables del PSOE protestando lo justito para no dañar el pacto con Unidas Podemos y los de la memoria histórica calladitos. ¿Imaginan lo que hubieran dicho quienes ahora gruñen un poquito o aplauden si desde la derecha se hubiera manifestado lo mismo de un presidente autonómico del PP que hubiera encabezado un golpe al Estado y huido de la Justicia, comparando a quien ataca la Constitución y la democracia con quienes tuvieron que exiliarse por defenderlas tras un golpe de Estado y la instauración de una dictadura?

Va Fernando Simón y dice: "A día de hoy tenemos una incidencia acumulada a 14 días de 689 casos por cien mil habitantes. Es claramente superior a la que veníamos observando en semanas previas y observamos una tendencia ascendente, pero también es cierto que ese incremento que se venía observando hace aproximadamente una semana se ha ido suavizando y en los últimos días estamos observando que esos incrementos diarios son cada vez más suaves, lo que indicaría que estamos no sabemos si exactamente ya en el punto álgido del período en el que estamos ahora, la tercera ola si lo quieren llamar así, o si todavía… (sonidos inarticulados) ...pero sí que en principio indicaría que estaríamos ya, si no en él, si llegando a ese pico máximo". ¿Entienden el galimatías? ¿No? Pues yo tampoco.

Padecemos un Gobierno de besugos. Por supuesto, sin la gracia de los diálogos del DDT, porque la cosa no está para bromas. Literalmente de besugos, palabra que, además de a un pez teleósteo marino acantopterigio, designa, según la RAE, a una persona torpe o necia.