Coge el dinero y corre

Fede / Durán

Grecia la apestada, China la bella

LA culpa de todo la tiene Grecia. Sin su despilfarro y posterior rescate, los mercados no se habrían fijado en España. Ésa es la opinión del presidente Zapatero, que justifica así los recortes del Gobierno. La conclusión inferida es inquietante: si no fuese por la lupa de Bruselas y las agencias de calificación, nadie habría hecho nada por suprimir el cheque-bebé o la ayuda de 426 euros, por no hablar del retraso en la edad de jubilación, la reestructuración de las cajas o los recortes salariales a los funcionarios. Es decir: ningún estratega del Ejecutivo habría considerado necesario controlar el déficit público y vender al exterior la solvencia de nuestro sistema porque a nuestro sistema sólo le molestan en verdad puros fantasmas, ilusiones generadas por algún enemigo de la patria, el euro y el arco mediterráneo.

Sin aprender del escarmiento, también se atreve Zapatero a repetir el pecado de los pronósticos: la crisis del paro, vaticina, acabará en el segundo semestre. Lo dice el mismo hombre que negó la recesión hasta que le explotó en la cara o el que negó y niega -y en este particular encomendémonos a quien corresponda en función de cada credo- un rescate a España como el de la epidémica Grecia o la burbujística Irlanda.

Por si acaso, y para meter unas monedillas en la raquítica hucha, el Gobierno se inspira en Berlanga para tenderle la alfombra roja al viceprimer ministro chino, Li Keqiang, custodio rojo de un macuto valorado en 1.000 millones, los que derivarán de los acuerdos comerciales y empresariales que el gigante asiático firmará de su mano estos días en Madrid. España se encomienda a China sin escrúpulos ideológicos -ya nadie habla de dictadura, qué ordinariez- y embelesada por el poderío amarillo. China compra muchísimos de los bonos que emite el Tesoro, o sea, que sacia parcialmente la sed de recursos del país. Por contra, y sin que resulte sorprendente, los empresarios españoles todavía son una cagarruta para el régimen de Hu Jintao.

Todo lector debería concederle una oportunidad a El Chino, de Henning Mankell, un retrato despiadado de la nueva realidad del dragón que algún día acabará comiéndose a EEUU. Podríamos considerarlo un manual de instrucciones para potenciales inversores españoles. Módulo uno: Fundamentos de Corrupción. Módulo dos: Endogamia y Extorsión. Módulo tres: Colonialismo y Explotación. En realidad, los reparos son una injusticia histórica. ¿No es aplicable el referido temario a toda potencia del pasado o del presente? ¿No canalleó el imperio español en las Américas? ¿No canallea Estados Unidos cada vez que necesita petróleo? China es tan sólo un coloso más en la plantilla de colosos del planeta, uno que viene con la cartera hasta los topes y dispuesto a gastar, que es lo que ahora necesita la economía nacional, tan resignada al tacataca y el esparto.

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