SIETE años ya, cómo vuela el tiempo, de aquel telediario rutinario, uno más de una sobremesa más. Siete años se cumplen hoy de algo que iba a cambiar el rumbo del mundo. Ese rumbo se hizo más inquietante aún de lo que era desde esas tres de la tarde nuestras, nueve de la mañana en el lugar de autos, en Nueva York, en la capital del mundo. Primero se vio en un urgente diferido el primer embate, el que abatió la Torre Norte del World Trade Center y a las 15.02 horas todos pudimos ver, sobrecogidos, un atentado en directo, el del vuelo 175 de United Airlines embistiendo a la Torre Sur. Fue la tragedia mayor de la historia universal y de plato fuerte pasó a convertirse en aperitivo de otras tragedias. Y alguna tan cercana como la de los trenes de Atocha que tanta sangre derramó y que tanto incidió en la vida de este país. Aún quedan víctimas del 11-S que no aparecieron y hace ya siete años, siete hermosos años, siete.
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