La ciudad y los días

carlos / colón

Hola, septiembre

HOLA, septiembre. Mes hermoso en Roma, que se va poniendo toda dorada mientras desde sus siete colinas la acechan los siete demonios de su duro invierno gris, lluvioso, de días breves, anocheceres a media tarde y noches interminables, sólo redimido por las mañanas de luz fría y transparente. Mes hermoso en los parques de Londres, cuando el viento del Este y la niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir; en los bulevares de París, donde pronto Yves Montand cantará que "las hojas muertas se barren como los recuerdos y las nostalgias"; en Nueva York, donde septiembre puede tener el rostro de Joan Fontaine en September Affair, la voz de Sinatra cantando September Song, el sonido de las guitarras eléctricas de Billy Vaughn interpretando Cuando llegue septiembre de Bobby Darin y los tonos oro viejo con fondo de jazz de disco de pizarra de una película de Woody Allen.

Hola, septiembre. Mes hermoso en tantas ciudades y horroroso en Sevilla. Soñamos septiembres que aquí no han existido nunca oyendo canciones y viendo películas. Pero nos despierta la tristeza de los días que se acortan sin darnos el consuelo de los primeros repelucos que presienten el otoño y el invierno, del fresco que compense la melancolía de estos anocheceres de luz estúpida y muerta. Sevilla en septiembre es la cama de un enfermo de calenturas al que nunca le cambiaran las sábanas revueltas, calientes y sudadas.

Los orgullosos mayo, junio, julio y agosto embisten de frente con las cornadas limpias de el caló, la caló, los calores y las calores que tan finamente distinguía la sabiduría popular recogida por Muñoz Seca. Pero el calor de septiembre tiene la imprevisible embestida de un toro burriciego. Para colmo de males este año, en el que julio y agosto no han tenido casta ni bravura, sus embestidas pueden ser temibles, pegajosas, sofocantes, arteras. Al tiempo no se lo comen los lobos, decía mi padre que sentenciaban los huertanos de la Manilva de los veraneos de su infancia: si no hace frío o calor cuando debe hacerlo, ya llegaran. Échense a temblar, porque los calores y las calores que no hemos tenido en julio y agosto llegarán en septiembre. Con menos grados, pero más mala leche pegajosa. Los que saben de esto anuncian entre 33 y 38 grados hasta el 20 de septiembre, y que entraremos en octubre a redoble de 30 grados. Lo siento, admirada Gelu, cuando llegue septiembre no todo será maravilloso.

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