Alto y claro

josé Antonio / carrizosa

Hueco libre

TODAVÍA está por ver la primera idea original y rompedora que presente Ciudadanos para hacer frente a los grandes problemas del país, sean estos la articulación territorial del Estado si hablamos del conjunto de España o la creación de un tejido industrial y la reducción del paro si hablamos de Andalucía, donde alguna responsabilidad tiene ya sobre la marcha de los acontecimientos. Ciudadanos es por ahora una magnífica operación de marketing político basado en la frescura de unos rostros jóvenes y las ganas de ver cambiar las cosas que tiene una mayoría de españoles. ¿Por qué la estela naranja se ha convertido, sobre todo después de las catalanas, en la gran esperanza de la opinión pública y está siendo alzada hasta la estratosfera por influyentes sectores de la vida nacional? Básicamente porque representa novedad y eso es lo que mucha gente, harta ya de viejos modos y viejas caras, quiere ver. Hubo un momento, no hace muchos meses en los que Podemos jugó ese papel, pero su falta de claridad de ideas, su confusión en los mensajes y el ejercicio de un hiperliderazgo cansino ha acabado con sus buenas expectativas. En el caso catalán, unos comicios distorsionados por el órdago independentista, se ha visto con claridad como la formación de Albert Rivera ocupaba con relativa facilidad el hueco enorme que le había dejado libre el Partido Popular en aquella comunidad y se nutría también de la confusión a la que han jugado siempre los socialistas catalanes. Los dos partidos que debían representar al Estado en Cataluña habían dejado tirada la bandera. Sobre todo el Partido Popular, que era del que esperaban los electores no nacionalistas que asumiera la defensa de la idea de España. Rivera tuvo la habilidad de recogerla y hacerse con ella. A partir de ahí, una buena estrategia de imagen y muy poco más. Unos meses antes en Andalucía, salvando las enormes distancias entre unas elecciones y otras, habían logrado convertirse en una fuerza clave en el Parlamento porque el PP andaluz demostró desorganización, caos y falta de liderazgo.

Con estos antecedentes, no es muy difícil pronosticar que Ciudadanos tiene papeletas para convertirse en una fuerza decisiva en España. Así será posiblemente. Pero lo será si el PP se empeña en esa especie de deriva suicida en la que parece haber entrado y que se ha visto con claridad durante los últimos años en Andalucía. Ciudadanos tiene un líder lo suficientemente inteligente para ocupar todos los huecos que le dejen libre. Pero todavía, insisto, estamos por escuchar su primera idea digna de ese nombre.

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