La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Huellas de Vox en la Junta

Las concesiones de PP y Cs a Vox son políticamente poco relevantes, pero responden a sus prioridades ideológicas

Fue exagerada la afirmación/consigna del PSOE de que el Gobierno andaluz salido de su derrota -la de los socialistas- sería rehén de la ultraderecha, que cobraría caro el apoyo, imprescindible, de sus doce diputados a la investidura de Juanma Moreno. Ahora sigue siendo exagerada, pero menos. Vox respaldó los Presupuestos de 2019 casi sin contrapartidas. Los de 2020, en cambio, los están apoyando a cambio de compensaciones de cierta relevancia. Ahora han negociado mejor, han dejado de ser unos pipiolos.

A ver, las concesiones no son sustanciales desde el punto de vista político. Los puntos pactados con Vox suponen un gasto de 15 millones de euros, un porcentaje insignificante dentro de las supermillonarias magnitudes presupuestarias. Los Presupuestos de la Junta no son de ultraderecha. Los capítulos más importantes se destinan a salud y educación. Como durante los gobiernos del PSOE.

Lo que sí ocurre es que las cesiones responden, en casi su totalidad, a las prioridades ideológicas y simbólicas de Vox. Ahí están los planes de promoción escolar de la caza, el teléfono para la violencia intrafamiliar, las ayudas a las mujeres embarazadas para evitar que aborten, la supervisión por los padres de las actividades extraescolares de los niños, el mayor control de la inmigración, las subvenciones al mundo del toro o la difusión de la grandeza española. Ninguna resulta, por sí sola, decisiva en la política de la Junta ni en la gestión de populares y ciudadanos. Todas juntas, sin embargo, favorecen una orientación ultraconservadora hacia algunos problemas de la política andaluza.

En fin, hay huellas visibles de la extrema derecha en los Presupuestos de la Junta para el año que viene. Políticas y medidas que ni el Partido Popular ni Ciudadanos adoptarían si pudieran gobernar sin el concurso de Vox y que ambos partidos aceptan en la creencia de que no perjudicarán su discurso porque no afectan a la esencia de su proyecto moderado, centrista y suavemente reformista. Esto va a depender, al final, de cómo lo perciban los ciudadanos andaluces, masivamente reacios a las ideas de la ultraderecha.

Es la primera vez en Andalucía que la extrema derecha consigue traducir su presencia institucional autonómica en tareas de gobierno de otros. Aunque sea a nivel más simbólico que práctico, se ha producido una contaminación antisistema de la acción gubernamental. No hay cordón sanitario.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios