TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¿Ignorantes, golpistas o tontos?

¿Qué les han enseñado para que desprecien la democracia, ignoren la historia y se traguen tantas mentiras?

Miles de estudiantes de Secundaria, Bachillerato y Universidad se concentraron ayer en Barcelona y otras ciudades catalanas en favor del referéndum ilegal y anticonstitucional que la Generalitat secesionista intentará celebrar domingo. Están en su derecho porque vivimos en una democracia (cosa que sus pancartas negaban proclamando que en España hay una dictadura). Pero lo que en el ejercicio de este derecho manifestaban significa que miles de estudiantes, desde Secundaria a la Universidad, lo ignoran todo sobre la historia de España, la legalidad constitucional, el ordenamiento jurídico español, los fundamentos del Estado de Derecho y las libertades democráticas. O, lo que sería aún peor, que lo conocen pero les importa un pimiento. Lo primero evidenciaría ignorancia y lo segundo, déficit democrático. En ambos casos se trata de malas noticas. Salvo que nos pongamos en plan paternalista e interpretemos estas manifestaciones como fiebre adolescente, contestación y jaleo connaturales al estudiantado y búsqueda de una causa para la rebeldía. Pero en este caso estaríamos empeorando la cuestión al asimilar las protestas a La Casa de la Troya, la tuna, las novatadas, Canción de juventud o el José María Tasso que se soplaba el flequillo en las películas de Marisol y la Dúrcal; es decir, al estereotipo más bien franquista y reaccionario de la juventud díscola que después se aburguesa.

Los tres casos -ignorancia, desprecio de la legalidad constitucional o locura de juventud- son igualmente deplorables. ¿Qué les han enseñado para que se traguen las mentiras de Puigdemont, Junqueras y la CUP? ¿Qué no les han enseñado para que desconozcan la historia de España? ¿A qué manipulaciones han sido sometidos para que confundan una votación ilegal con la democracia y portaran pancartas que proclamaban "Cuando la dictadura es un hecho, la revolución es un derecho" o "16 jueces de un juzgado me la comen de costado"? ¿El resultado de los esfuerzos educativos desarrollados durante la democracia es que crean que viven aplastados por una dictadura o que la legalidad democrática es opresión? Es evidente que la cesión de las competencias educativas ha sido un grave error aprovechado en el País Vasco y Cataluña para adoctrinar. Y que los mensajes populistas y totalitarios de los antisistema calan en sectores jóvenes presuntamente educados.

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