ATENCIÓN, pregunta. ¿Usted conoce a alguien que conozca a alguien que vea la televisión en el Canal HD instalado al efecto en la TDT desde hace cuatro años por TVE? Cuando hago la pregunta me refiero a si serían capaces de encontrar a espectadores curtidos militantes en esta tecnología, que la defiendan a uñas y dientes, que saboreen su señal como se saborea el mejor guiso del chef, que estén pendientes de si cabe la posibilidad de ver su programa o su transmisión de referencia en este sistema, y lamentan mucho cuando así no puede ser. Por supuesto que la señal llega a muchos receptores. Esa no es la pregunta. Lo que quiero saber es a cuánta gente le pican los ojos cuando, sabiendo que esta señal se puede ver con la claridad del agua, les llega en casa del amigo o el pariente, en la cafetería o en el hotel, en versión convencional. Repito la pregunta. ¿Conocen a algún amigo que conozca a alguien que cambia a la velocidad del corzo a la señal del HD en cuanto ve el indicador?

Sin solución de continuidad, TVE nos ha ofrecido estos días tres eventos deportivos en HD: el Mundial de Natación, el Mundial de Atletismo y la Vuelta Ciclista a España. Ni que decir tiene que la precisión alcanzada por este sistema es la caraba. Y que se nota la diferencia. Vaya si se nota.

El Mundial de Atletismo se puede ver gracias al concurso de unas industrias cárnicas que lo patrocinan, y por la Vuelta Ciclista se pagará un 25% menos que el pasado año. Cada vez es más milagroso que veamos semejantes eventos en el sillón de nuestra casa, sin pausas publicitarias, y con esta calidad apabullante. Y sin embargo, ¿alguien lo valora? ¿Alguien conoce a alguien que lo esté celebrando con cava?