Por montera

mariló / montero

Indigentes en la Red

LO que nace del talento no puede ofender. Hasta ahora a los indigentes los hemos considerado como bultos que le salen por contagio a la piel de la noche. Son espinillas negras, infectadas sin tratamiento posible cual enfermedad cronificada de ciudades incapaces de encontrar un antídoto que acabe con el sarpullido de la vergüenza que se borra con disimulo a la luz del día. Es el paseo taciturno el que nos permite poder mirar con detenimiento la verdad de su indignidad. De una vida enterrada entre cartones y trapos raídos arramplados de contendores con los que cubrirse del frío y conservar algo la temperatura que han creído alcanzar con la ingesta del alcohol que les ha hecho perder el conocimiento.

Su indigencia es un grito de vergüenza de sociedades enteras que recorren el mundo, nuestros países , nuestras ciudades, nuestras calles, y ahora nuestros espacios y nuestras redes. Rincones llenos de indigentes abandonados y desamparados que mendigan hasta la agonía. Quizá las redes sociales y el talento de unos empresarios que ha generado una polémica reduccionista sea una primera solución para dignificar la vida de aquellos que viven abandonados.

La plataforma WiFi4Life a TorrenFreak de Praga quiere convertir en routers móviles a los indigentes. Mi interpretación es que se trata de una empresa que ha unido dos necesidades. La primera es que hay 6,6 millones de personas que visitan Praga al año a las que les interesa conectarse a wifi de manera gratuita. La segunda, es que en la República Checa hay siete mil personas sin hogar. A estos siete mil mendigos se les ofrece trabajar de ocho de la mañana a cinco de la tarde. Temprano se les traslada desde el refugio hasta el centro de la ciudad en transporte público pagado por la empresa. Reciben un desayuno y el dispositivo de punto de acceso wi-fi. A las 9:00 se dirigen a su área donde comparten wi-fi y una sonrisa con quienes necesitan la conexión. A las 12:00 almuerzan y terminan su jornada a las 17:00 cuando se les da la cena y el subsidio. La semana laboral es de miércoles a domingo y todo lo costea la asociación, desde el transporte como los cupones de las comidas. Pienso que, en este caso, el talento de los empresarios que han decidido equipar a los mendigos con un router wi-fi no actúan como meros humilladores de indigentes sino todo lo contrario. Dignificadores de personas despreciadas que bien podría viralizarse a la luz del día como una buena epidemia.

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