El Gobierno de Pedro Sánchez acaba de consumar su apuesta de conceder el indulto parcial y reversible a los condenados por sedición tras el intento de golpe de estado en Cataluña, que argumenta sobre la necesidad de la concordia y la necesidad de superar este conflicto, pero que en realidad sólo esconde su conveniencia de asegurarse apoyo parlamentario para terminar la legislatura.

La endeblez de sus razones quedó desacreditada de inmediato, cuando los condenados y ya indultados muestran la medida de gracia concedida como un trofeo porque acredita, dicen, la debilidad del Estado, y proclaman que van a seguir en su empeño, inconstitucional, de declarar la república catalana.

El separatismo es insaciable y el error político de conceder este indulto pasará probablemente factura al PSOE. Un ramillete de sondeos certifican que en el conjunto de España el rechazo de los indultos es mayoritaria, no así en Cataluña, claro.

El Gobierno y el PSOE confían en que el verdadero motivo para concederlos, termirnar la legislatura, será su gran aliado para superar ese rechazo. Esperan que la fuerte recuperación económica que se augura para el próximo año y medio o dos años sirva de bálsamo que embriague la memoria de los españoles.

Y desde el minuto cero se ha lanzado a una campaña de medidas propagandísticas para tratar de que la agenda política no se centre en la rendición que ha decidido al conceder la gracia del indulto.

Empezando porque hoy sea el último día en que será obligatorio el uso de la mascarilla en espacios abiertos y mientras se guarde la distancia de seguridad. Estar embozado a temperaturas entre 30 y 40 grados centígrados, como en Sevilla, se hace insufrible, así que esperan que ese alivio sea muy bien recibido.

Bajar el IVA de la luz para reconducir una reforma que ha puesto la factura de la electricidad en máximos históricos es otro de los señuelos para que a los españoles se les pase el sofoco de ver que los independentistas no sólo no cumplen la pena que en justicia les correspondía, sino que siguen retando al Estado y atacando al Estado de Derecho.

El tiempo dirá si esta propaganda es efectiva y permite que el PSOE remonte en las encuestas, que a día de hoy auguran que perdería el Gobierno si se celebrasen elecciones. De ahí que el PP pida comicios inmediatos. Más allá de esas posturas partidistas, queda la amargura de ver que todo vale para conservar el poder.