INDUDABLEMENTE, han sido los que organizan las mejores ligas del mundo los que han desvirtuado esta Eurocopa. En octavos de final sólo han hecho superarse a sí mismas en ese descalzaperros que han protagonizado a través de dos semanas para el olvido. Inglaterra y España se complicaron la vida primero con sus derrotas ante Gales y Croacia, respectivamente, y redondearon el engendro cayendo antes de lo que se preveía.

Más justificable lo de España porque cayó ante un tetracampeón del mundo, aunque tiene menos justificación el no haber sido primera de grupo tras su brillantísima irrupción frente a Chequia y Turquía. Pero injustificable de todo punto lo que han hecho los inventores del fútbol. Inglaterra sólo ganó un partido y fue, curiosamente, frente al que, a la postre, se beneficiaría de sus devaneos. La Gales no sólo de Bale fue la única derrotada por los pross, pero ahí sigue.

La derrota de España ante Italia fue dolorosa, pero sin la ignominia que conlleva la que Islandia le infligió a los inventores. Ingeniosa sentencia la de Gary Lineker diciendo que Inglaterra ha caído contra un país que tiene más volcanes que futbolistas. Convengamos en que como ésa, muy pocas sorpresas ha deparado el fútbol desde que el fútbol es fútbol. Me entusiasmó el partido, pues ya se sabe que tomar partido por David es lo lógico mientras no se tuerza por Goliath.

Esta Eurocopa sólo nos deja unos cuartos con el empaque que demanda esta competición. El partido del sábado en Burdeos es el que tiene vitola de final anticipada con un Alemania-Italia que se auspicia trepidante. Ahora bien, son cuartos de pronóstico complicado en casi su totalidad. Sólo Francia aparece con un camino más expedito, aunque ese país con más volcanes que futbolistas y que se cargó a los inventores da la impresión de que saben hacer relojes y que funcionen.