La delicada (y parece que frágil) sintonía que se esmeraron en difundir los jefes de los ejecutivos central y autonómico, Pedro Sánchez y Susana Díaz, en su primer encuentro institucional tras la llegada del secretario general del PSOE a la Moncloa ha experimentado ya un chirrido. Ha sido con motivo de la llegada a Algeciras del barco Open Arms con 87 personas rescatadas a bordo. No dudó el Gobierno andaluz en reprochar al de España el envío de más menores inmigrantes. Y lo hizo sin paliativos, pues no le parece "ni coherente ni sostenible". Moncloa pide "comprensión". San Telmo endurece el tono.

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