Para el domingo se anuncia José Tomás en Alicante en solitario con una minicorrida de cuatro toros y la capital levantina anda revolucionada y con el cartel de no hay billetes en hoteles y abrevaderos. Y cuesta trabajo entender cómo un torero que está en posesión de la piedra filosofal con la que reactivar el toreo se la guarda y no la usa con la asiduidad que dicho espectáculo demanda. Viendo la que se forma en torno a su figura cada vez que decide vestirse de luces resulta inexplicable que no se prodigue. Posiblemente a él no le compense, sobre todo por el esfuerzo mental que debe exigir entrar en una plaza dispuesto a todo, pero bien podría esforzarse un tanto para desatascar al toreo de la situación que atraviesa. Esta cicatería del hierático torero madrileño es uno de los motivos por los que, cíclicamente, denuncio que el gran enemigo de la Fiesta vive dentro.