La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Jamás una canción tan nostálgica

Pocos son los cánticos con tanta carga nostálgica como el que esta medianoche sonará por todos los rincones de Pamplona. Desde Mercaderes a la Taconera, desde la Plaza del Castillo a la Rochapea y de Iturrama a San Juan, el "pobre de mí" sonará lastimero y sin consuelo porque se le da el pase de la firma a los sanfermines. Estamos en ese 14 de julio que cada año llena de nostalgia a la vieja Iruña y el carpetazo se inicia con el encierro de Miura y se acaba con las velas cuando ya esté a punto de ser sábado 15 en todos los calendarios del orbe. Atrás habrá quedado una semana de incontinencia y de fiesta sin freno. Los sanfermines son la fiesta por antonomasia en la que no hay por qué conocer a nadie para vivirla. No hay fielatos que impidan la participación y todo ello acaba hoy con el "pobre de mí", esa canción triste que suena como si no hubiera día después.

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