La lluvia en Sevilla

Jardín de las delicias

'Jardín Cosmopolita' es un proyecto que de veras reconoce y aviva, aquí y ahora, el legado de Magallanes

Se trata de "la aventura más grande, más audaz y mejor hasta la fecha", reza en la web. No estoy visitando una página de internet dedicada a la circunnavegación de Magallanes sino la de los tierraplanistas, que están preparando una expedición -agárrense que volcamos- para llegar al borde del planeta. Tierraplanismo, creacionismo, apóstoles del negacionismo… está claro que, a este ritmo de los tiempos, no sólo los avances, también las involuciones se dan al paso de las balas. Así que nos va a venir bien que celebremos el centenario de la vuelta al mundo de Magallanes. Sirva la efeméride para que caigamos en la cuenta de que los antiguos no eran -como tienden a pensar aquellos a quienes Sartori llama videoniños- unas almas cándidas e ignorantonas, y para que se nos vaya quitando de la cabeza esa idea de que, conforme avanza el tiempo, avanza siempre el ser humano. Sirva también a Sevilla para recordar que la primera vuelta al mundo comenzó aquí, no tanto para sentir engolamiento estéril, sino para que la constancia de esta gesta nos avive el seso e despierte: la Sevilla abierta al mundo, la que echó las cóncavas naves al agua, desde la que partió Magallanes para llegar (a contramano) a las islas de la especiería, debiera ser hoy referencia de ciudad ancha de miras y avanzada de entendederas, y a veces sin embargo…

Mas hoy les escribo para quitarme la gorra ante el proyecto Jardín Cosmopolita, comisariado por Nomad Garden, y promovido por el Ayuntamiento de Sevilla con la colaboración de la Junta, para celebrar que hace 500 años dimos la vuelta al mundo en busca de especias lejanas. Consiste en un conjunto de acciones y en un trabajo múltiple de fondo, cartográfico, cultural, social y ambiental, cuyos resultados me están sirviendo en estos días para descubrir las especies de los cinco continentes que crecen en nuestras calles, plazas y jardines; para saber cuánto mundo vivo alberga mi ciudad. En concreto, me he aficionado a pasear con Kleos, que es una app que además de identificar las plantas que hay en cada lugar a mi alrededor y dar datos sobre ellas, hace sonar -conforme te aproximas a ellas- músicas tradicionales de su lugar de origen, seleccionadas por Rubén Alonso. Últimamente mis paseos por Sevilla se han convertido en un concierto azaroso y en mi propia ruta de las especias. En las últimas semanas se han sucedido las críticas a la organización de los eventos del V Centenario de la 1ª vuelta al mundo. No puedo opinar de ello con conocimiento de causa (de tenerlo, me malicio que compartiría alguna de ellas). Sí puedo y quiero, en cambio, agradecer a Nomad Garden el trabajo realizado, y a ustedes recomendarles que se internen en este jardín de las delicias, mundial y exuberante, que es -a poco que se la mire- la ciudad que habitamos y que nos habita.

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