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José Manuel Soto, alcalde

EDITOR DE LA 'REVISTA MERCURIO'

Nos alarmó la frase de José Manuel Soto en Sicilia, en Palermo, subidos como estábamos en lo alto de la iglesia barroca de Santa Caterina. Antes, nos había extasiado el arte normando de las iglesias de San Cataldo y la Martorana, donde pudimos ver, mientras discurría la eucaristía, el icono de la coronación del rey Roger II. Pese al vértigo de las alturas, contemplábamos Palermo con deleite, sus iglesias y cúpulas, su caótico caserío. Alcanzaba la vista hacia las grúas del puerto junto al mar Tirreno, no lejos de San Domenico, donde se halla la tumba del juez Giovanni Falcone, asesinado por la mafia en 1992. Pero, como decíamos, nos llegó inoportunamente al móvil la frase del trovador sevillano: "Si tuviéramos una Ada Colau en Sevilla me plantearía entrar en política". El vértigo, disuelto en la belleza del entorno, volvió con todo su tembleque.

Dicen los anticlericales que quienes siempre miran a los cielos -esto es, la clerecía y su cohorte- nunca dejan de dar la lata en los suelos. Algo parecido nos sucede con cierta gente ubicua (el abogado Moeckel, Rubén Sánchez el de Facua, el opinador Javier Aroca, etcétera). A dicha estirpe pertenece el citado trovador y tuitero. ¿No nos podía dejar en paz en el viaggio por Sicilia? Culpamos a quien nos hizo llegar al móvil la alarmante insinuación de José Manuel Soto. Ya abajo, apabullados por la suntuosidad de Santa Caterina, rezamos ante el altar de la mártir, esculpida por la mano maestra de Gagini. Rogamos a la santa, abogada precisamente contra la muerte súbita, para que jamás recalase en Sevilla una émula de Ada Colau. Creo que nos escuchó la intermediaria. El vahído que nos había ganado fue atenuándose poco a poco. Al salir al exterior nos deleitamos de nuevo con los bulbos anaranjados de San Cataldo. Pero el resquemor continuó, sobre todo cuando supimos acerca del otrora y famoso alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, histórico blasón contra la mafia y pastor de inmigrantes.

Precisamente, andurreando por Palermo, nos sorprendió el número ingente de inmigrantes con los que nos topábamos a diario (subsaharianos, afganos, indios, pakistaníes). Orlando hizo bandera de la inmigración (400.000 desarraigados arribaron a Sicilia en el ya remoto 2015). No hemos conocido el quehacer del ex alcalde Orlando en los años duros. Pero su estampa como alcalde nos llevó a pensar de nuevo, muy intranquilamente, en José Manuel Soto. ¿Y si se presentara a alcalde? ¿Y si no necesitara la excusa de una Ada Colau? ¿Y si Aroca decidiera ser su rival? El vértigo continúa.

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