MAL de muchos... Cuando se publicó la última estadística sobre el desempleo, con datos muy malos en Andalucía, el portavoz del Gobierno andaluz, Enrique Cervera, terció para decir que algunas comunidades autónomas habían salido peor paradas. Ante el desbarajuste y gigantesco atasco judicial, la nueva consejera de Justicia, Evangelina Naranjo, resalta que "diez comunidades están en peores condiciones que Andalucía". Uff, menos mal. Naranjo, que no es novata en el Gobierno andaluz, pide tiempo para arreglar los males endémicos de la Justicia y avisa de que "no puede resolverlo de golpe y porrazo". Se entiende que pida tiempo muerto. Pero no se pone en favor de ella el reloj a cero porque la Junta lleva jugando muchos años este partido.

Comprendo que la presión es mucha. Pero Evangelina Naranjo debería afinar mejor su discurso para no incurrir en el error de decir que trabaja para realizar un diagnóstico que permita a la Administración autonómica conocer las "carencias existentes". ¿Acaso la consejera saliente, María José López, se ha llevado del despacho todos los informes sobre los juzgados andaluces? ¿No hay coordinación en el traspaso de poderes y en la continuidad de funcionamiento en una consejería, con lo fácil que es al no haber cambio de partido en el gobierno?

Las "carencias existentes" las conoce cualquier persona interesada porque el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el Defensor del Pueblo las describen de modo minucioso en sus memorias anuales. Y no me cabe duda de que en la Consejería de Justicia hay probos funcionarios que pueden asesorar sobre el desastroso panorama. El que de modo tan explícito acertó a definir Miguel Carmona, cuando reveló que "en Sevilla los asuntos se llevan de la fiscalía a los juzgados en carritos de supermercado". Por eso Naranjo no puede esperar a que llegue la oferta de tres por dos ni a los ocho días de oro.