DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

hoja de ruta

Ignacio Martínez

Justos por pecadores

EL Banco de España ha multado a dos obispos de Rouco, por faltas muy graves y leves en la administración de Cajasur. A monseñor Gómez Sierra, obispo auxiliar de Sevilla, 180.000 euros de multa y dos años de inhabilitación por cuatro infracciones: falta de control interno de la caja, incumplimiento del plan de saneamiento que solventaba los errores de gestión, insolvencia en los recursos propios y excesiva concentración de riesgos en el sector de la construcción. Con Gómez Sierra, una decena de canónigos y dignidades eclesiásticas han sido sancionados en menor cuantía. Entre ellos, el obispo auxiliar de Bilbao monseñor Iceta, a quien se impone multa de 30.000 euros. Estas disposiciones administrativas son recurribles ante el Ministerio de Economía y el Tribunal Contencioso. Pero no se aflijan por los prelados y sus compañeros, tanto los abogados como las posibles sanciones los paga un seguro que tenía la caja.

Es curioso que el Banco de España le de Cajasur a la caja de Bilbao y multe al obispo auxiliar de la capital vizcaína. Parece que el regulador padece de una fijación vasca. Pero en realidad tiene responsabilidades más graves. El BdE es culpable, por defecto, de muchos de los excesos que han perpetrado en esta entidad Miguel Castillejo y sus sucesores. Los representantes del Cabildo han gobernado la caja cordobesa a su capricho y con mano de hierro. No se entiende, por tanto, que se castigue también a una treintena de cargos que han tenido una autoridad muy inferior. Salvo que se quiera compensar. Aunque eso, con los textos sagrados en la mano, nos llevaría a pensar que van a pagar justos por pecadores.

El Banco de España era consciente de cómo estaba Cajasur. Y desde que detectó en 2004 el origen de todos los males, casi al final del califato de Castillejo, los servicios de control del BdE han hecho un seguimiento especial de esta entidad, con inspecciones anuales. Es verdad que multa con más dureza a los consejeros que votaron en contra de la fusión con Unicaja. Lo que es razonable, si se tiene en cuenta que con la fusión se arreglaban varias de las faltas graves sancionadas, como el incumplimiento del plan de actuación o la insolvencia. Pero el Banco debió intervenir mucho antes.

Entretanto, seguimos sin saber por qué la Iglesia católica permitió a sus representantes boicotear una fusión que era buena para Andalucía y para Córdoba. El argumento de los puestos de trabajo ha quedado desmontado por los hechos: la BBK ha hecho ya a estas alturas un ajuste superior al pactado con Unicaja. Ese asunto es un misterio sin resolver. Como lo es que un seguro le pague un siniestro a quien lo causa a propósito. Si alguien le mete fuego a su casa, el seguro no le cubre. No se entiende por qué los pirómanos de Unicajasur tienen cobertura. Así, se van de rositas, tan panchos.

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