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Juan Antonio Solís

jasolis@diariodesevilla.es

LaLiga, además de honesta, debe parecerlo

Mosquea que el club más asfixiado por los números rojos sea el animador del mercado

ANDA el personal mosca con las palancas que se ha buscado Joan Laporta para saltar, como hacía el mítico pertiguista Sergei Bubka, sobre los ardientes números rojos que amenazan con carbonizar al gigantesco club catalán. Mientras reina en el paisaje del fútbol español una extrema austeridad que está haciendo soporífero el verano, el club que ejemplificaba el estado de alarma por las escandalosas deudas, el Fútbol Club Barcelona, es el único que anima las páginas de los “últimos fichajes” en los álbumes.

Si los culés deben una cantidad de nueve cifras, también contiene nueve el desembolso que ya ha realizado para fichar al brasileño Raphinha y a Lewandowski. Sólo el Manchester City y el Leeds se habían gastado más que el Barça cuando el sábado anunció el principio de acuerdo para el traspaso del reputado cazagoles polaco. Unos 100 millones en dos refuerzos a los que hay que sumar las sustanciosas fichas de otros que llegan tras acabar sus contratos con sus anteriores clubes: Kessie, Christensen... y Dembélé.

El aficionado no barcelonista observa entre la sospecha y la indignación los movimientos del mercado que pergeñan Joan Laporta y su director deportivo, Mateo Alemany. Meses después de esa proteínica inyección que recibió en el mercado invernal, Javier Tebas embarga las ilusiones de la mayoría de Primera... salvo las del barcelonista.

Y la prensa afín a la causa azul y grana, claro está, completa el inaudito cuadro. Ayer mismo, llegaban mensajes desde la metrópolis catalana marcando un precio de mercado por Koundé a la baja e incluyendo descartes de Xavi Hernández. Ole ahí, ese tío que va ahí.

No sé si llegará un día en que el Barcelona se ahogue definitivamente por las deudas. No sé si lo de Laporta es un órdago, una huida hacia delante. Pero de momento, el personal no da crédito. LaLiga, además de honesta, debe parecerlo.

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