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María josé andrade

Periodista

Libertad y Biblia

Muchos omiten que la Libertad es la que hace al ser humano responsable de sus actos

No sé si se habrán dado cuenta pero, de un tiempo a esta parte, la palabra libertad es utilizada casi de manera gratuita. Políticos de todos los colores y diferentes partidos la sacan de un contexto rico en matices y la hacen suya como si fuera de su propiedad y tuvieran escrituras firmadas ante notario.

Y se equivocan, ¡vaya si se equivocan! Y es que la Libertad no es de nadie porque es de todos, aunque muchos no sepan apreciar y desconozcan la grandeza de una de los términos más hermosos compartidos por una humanidad que, en ocasiones, vive de espaldas a lo que significa y encierra.

Libertad es más de lo que pensamos e imaginamos, y es que la Libertad es, nada más y nada menos, que "un derecho sagrado e imprescriptible que todos los seres humanos poseen… Es la facultad de obrar según su voluntad, respetando la ley y el derecho ajeno". Pero también es algo que omiten muchos, y es que la Libertad es la que hace al ser humano responsable de sus actos, de las decisiones que toma y de cómo se conduce por la vida y se relaciona con los demás.

El ser humano (nosotros) tiene la mala costumbre de olvidar y descuidar la memoria. Nos da pereza volver la vista atrás para encontrar explicaciones que nos van a aclarar los momentos que estamos viviendo o lo que nos están contado. Nos cuesta ir a las fuentes o no sabemos cómo hallarlas atrapados como estamos entre tanto "ruido". Un ruido que oculta la verdad y ante el que hay que actuar. Y sí, es el periodismo (siempre el periodismo) el que tiene que asumir su cometido y hacer un auténtico ejercicio documental para poder ofrecer a la opinión pública, a quien nos lee, escucha o ve, "información objetiva, imparcial y veraz".

Tenemos que ir a las fuentes y, aunque a algunos les parezca increíble, una de ellas la localizamos en lugares inesperados, no leídos ni consultados como es el caso de la Biblia.

¿La Biblia? Pues sí, la Biblia. Muchos reniegan de Ella afirmando que no la leen porque no son creyentes o porque es un libro religioso. Qué equivocados. La Biblia es la historia del hombre. Es un "breve" resumen de nuestra vida y lo más importante es que, entre sus páginas, obtendremos respuestas a muchas de las preguntas que nos estamos haciendo.

Y sí. Ahí está el hombre. Un hombre libre, sin ataduras y dueño de su autoridad. Un hombre, Noé, que mira atónito hacia un cielo en el que verá, por primera vez, un arcoíris cuyo significado pocos conocen. Y es que esa es la promesa de Dios.

Ése es el reconocimiento explícito de un dios que se dirige a nosotros para decirnos que nunca va a destruir la tierra con un diluvio (Gen. 9:8-17). Manifiesta que jamás se inmiscuirá en nuestras decisiones y que nos deja solos para que decidamos. Nos está diciendo que somos libres, que somos nosotros los que tenemos que elegir. Y sí, eso da mucho miedo porque ya no tendremos a nadie a quien culpar o responsabilizar, y tendremos que aprender, solos, a vivir, a sentir y a disfrutar de una Libertad que es, por encima de todo, nuestra.

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