Luces y sombras taurinas en este primer domingo del mes de los muertos, el mes en que Halloween le ha quitado mucho protagonismo a Don Juan. Luces rutilantes porque esta tarde, en esa especie de Maestranza andina que es Acho, reaparece el hombre que estuvo a punto de cortar un rabo en Sevilla. Tras el tsunami en taquillas que supuso aquella voltereta en San Isidro que se encabronó por el puñetero descabello en San Fermín, hoy reaparece el torero que iba tirando del carro hasta la infausta tarde isidril. Junto a Ponce y Finito, Andrés Roca Rey vuelve a escena y lo hace en el patio de su casa limeña. Luz radiante para iluminar un panorama que se oscurece por la larga convalecencia que habrá de superar Josemari Manzanares para escapar de un maldito túnel de dolores lumbares. Primer domingo de noviembre y ojalá la luz pueda con esas sombras tan inquietantes.