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Opinión

Fernando / Ortiz

Machado y Valiente, dos destinos paralelos

El 16 de junio presentó el hispanista Jacques Issorel en la Biblioteca Pública Infanta Elena de Sevilla, en el mismo tomito, dos volúmenes de Manolo Valiente por él prologados. El libro memorialístico Un rojillo en el Sur de Francia, en el que Valiente usa el seudónimo de Juan García García, seguido del libro de poemas que dejó inédito este autor al morir, Arena y viento. Presentó el acto el profesor de literatura Rafael de Cózar. No había ni 20 asistentes en la sala. Lo que pensé de esto, por pudor y respeto a mis paisanos, me lo callo. Trataré de explicar el porqué.

Jacques Issorel es prestigioso hispanista y el más destacado estudioso de Fernando Villalón, sobre quien ha publicado importantes libros y ha hecho la edición crítica de sus Poesías completas en la editorial Cátedra. Otro poeta español a quien ha dedicado un libro es a Antonio Machado, Colliure 1939, últimos días de Antonio Machado, en francés y en español. En él se recoge el testimonio de quienes acompañaron a don Antonio sus últimos días. Pero, ¿quién era Manolo Valiente, de quien Issorel ha rescatado y prologado dos obras, en prosa una, otra en verso?

Valiente nace en 1908 en una familia pobre de la Macarena. Huérfano de padre a los 8 años, su familia se traslada a Morón, donde a los 17 años trabaja de aprendiz con un escultor y prepara el ingreso en Magisterio, estudiando por las noches. Decide tentar suerte en Madrid, pues aunque aprueba el ingreso en Magisterio, estos estudios se volvieron de pago cuando él aprobó, y le faltaba dinero. Le ayuda en Madrid el diputado socialista de Morón, quien le proporciona un modesto empleo en el Ministerio de Trabajo. Sigue pintando, esculpiendo y estudiando. Estalla la guerra y es herido en la columna vertebral en el frente de Somosierra, en el 37. En el 39, exilio pasando escayolado un puerto de los Pirineos para huir a Francia. Allí cárceles y hospitales. Se recupera, escribe y publica poemas (Arena y viento. Romances del refugiado, 1949, reeditado en 1973 y 1986). Hombre polifacético, de inteligencia despierta y actitud positiva, me es imposible aquí relacionar sus múltiples realizaciones y a sus libros publicados por Issorel me remito. A su estremecedora biografía (Un rojillo en el Sur de Francia) y a sus becquerianamente hondos versos de Arena y viento. Enseñó español en el Colegio de Ille-sur- Tèt, se dedicó a la mineralogía, vivió de su escultura… Pero quizá su más hermosa obra sea la creación en Colliure en 1977 de la Fundación Antonio Machado, de la que es el primer secretario general y del premio literario del mismo nombre. Fue alma de la Fundación (que, entre otras cosas, cuidaba de la tumba de don Antonio) hasta su muerte, el 30 de junio de 1991. Los datos que expongo están espigados del prólogo de Issorel. Los sevillanos hemos ignorado a Villalón (sus restos fueron a parar a la fosa común por no pagarse en el cementerio de la Almudena de Madrid sus derechos a perpetuidad, y cuidado que Rafael Montesinos publicó un artículo avisando de lo que se avecinaba en su momento). Hemos ignorado la memoria de Machado en Colliure al ignorar a Valiente. ¿Será cierto lo que le decía Villalón en carta a su amigo del alma Mauricio Bacarisse (publicada en la revista Separata, nº 4, primavera 1980) que Sevilla "es un pueblo grande de carcas y cabrones"?

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