BIENVENIDO que sea el proyecto de recuperación de la otra margen para que en vez de ser un estercolero sea el corredor verde que fue en los ya lejanos tiempos de la Expo. Así como en la margen izquierda la vida explota desde bien temprano con esa suerte de ciudadanos que arrancan con el ejercicio físico como asignatura ineludible, al otro lado, la orilla opuesta, se encuentra en el abandono más absoluto para que aquel vergel de cuando la gran muestra del 92 sea ahora asentamiento de indigentes y basurero intolerable. Ahora se va a rehabilitar esa orilla para un corredor verde que llegará desde Chapina hasta conectar con el Alamillo. Es una magnífica idea, aunque para ello se haya tenido que abandonar de una forma irracional y convertirlo en un largo reino del jaramago y las ratas. El paseo Juan Carlos I, la orilla de Sevilla, tendrá una zona paralela en Triana llena de fronda y, seguro que sí, de vida.