LA cercanía de las elecciones autonómicas empieza a atacar los nervios de los dirigentes populares que, cautelosamente, no festejarán su presumible victoria hasta que se haya contado la última papeleta en Andalucía. Y por ello hay asesores a los que todo le parece poco. De la Plaza Nueva, donde hay algún que otro experto en marketing político, han salido en las últimas semanas algunas maniobras más propias de un partido en la oposición que de un gobierno con un respaldo histórico. Todos con Javier Arenas y todos contra Griñán, contra Espadas, Viera, Celis... y todo el que se vista de rojo. Cuidado, que el juego es peligroso.