FERIA Toros en Sevilla en directo | Cayetano, Emilio de Justo y Ginés Marín en la Maestranza

Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Mariano, o lo del pez grande...

Es doloroso que un tipo pase de la declaración más ardiente de amor a no descolgar el teléfono

Mariano y la frustración del Sevilla por no hacerse con sus servicios es una demostración más de que el pez grande se engulle al chico un día sí y otro también. En horas que no llegaron a veinticuatro, el muchacho pasó de declararle amor eterno a Caparrós bajo el argumento de "sólo quiero jugar en el Sevilla", Castro dixit ayer en la Catedral, a la falta de delicadeza de no coger el teléfono que marcaban en el Sánchez-Pizjuán.

Y es que con los teléfonos pasan cosas como ésta, que son veleidosos a más no poder. Lo cierto es que la operación que pretendía el Sevilla ha servido para allanarle el camino al Real Madrid y ya se sabe que cuando éste entra en acción no hay en el mundo futbolista que se le resista. Soy madridista desde chico es un mantra que circula por el orbe futbolístico, sobre todo cuando el club de Concha Espina pone los ojos en tu persona, cualquier Mariano que en el mundo sea.

No sé si en este caso se dará la vieja conseja de que no hay mal que por bien no venga, pero seguro que servirá para contribuir a poner los pies en el suelo y a caminar sobre seguro. La aparición del Sevilla en este asunto propició que el Realísimo utilizase su derecho de tanteo y que los ochenta millones que el Lyon le pedía hace unos meses se hayan reducido a la cuarta parte por obra y gracia de la oferta sevillista, por lo que, en adelante, mucho cuidado con esas cláusulas.

Cláusulas demoníacas que sirven habitualmente para beneficio del poderoso, que no es que sea más listo que nadie, pero sí que tiene más recursos para llevar el agua a su molino. En este caso, lo peor quizá sea que ha llegado a poco de cerrarse la ventana de fichajes. Mariano tiene las características que anda pidiendo Machín para su fútbol de aperturas y centros. Es una frustración, pero sólo el tiempo podrá aclarar si esa frustración será real o no. Tiempo al tiempo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios