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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Mateos Gago, condenada

Crean el problema dando licencias hasta saturar la calle y después lo solucionan destrozándola

El Ayuntamiento ha condenado la calle Mateos Gago a muerte. Muerte de sus aceras, su adoquinado y no sé si también sus naranjos: de su fisonomía mantenida durante casi un siglo. Por las mañanas temprano resucita la Mateos Gago de la Exposición de 1929, idéntica a la que conocimos los vecinos desde nuestra infancia. Después empieza la marea turística, las aceras se llenan de veladores y el aire de peste a fritanga. No vuelve a ser ella hasta las primeras horas de la madrugada. Entonces es posible pasearla disfrutando de la Capilla Real y la Giralda enmarcadas en el hermoso conjunto de casas regionalistas, aceras, adoquines y naranjos.

Leo su sentencia de muerte: "El Ayuntamiento afrontará la reurbanización de Mateos Gago". Todos sabemos lo que quiere decir reurbanización en Sevilla: destrozar, afear, acatetar, vulgarizar, talar y llenar de veladores... Recuerden las reurbanizaciones/ejecuciones de las plazas de la Virgen de los Reyes, San Lorenzo o del Pan; y las de la Alameda, la Encarnación, Regina, la Avenida, la Puerta de Jerez, Almirante Lobo o Carlos Cañal, que se acaba de reurbanizar/ejecutar con adoquines planos de pega y quitándole las aceras (me pregunto por qué su paralela Moratín se reurbanizó ejemplarmente, manteniendo aceras y adoquinado: caprichosas que son estas criaturas).

El concejal del distrito Casco Antiguo ha avanzado que Mateos Gago sufrirá el mismo destino que Carlos Cañal, añadiendo que es "una calle caótica, pero con mucho patrimonio". Muy señor mío: el caos que pueda haber lo han generado ustedes permitiendo aperturas de comederos e instalación de veladores hasta saturarla. Limítense a quitar los veladores que abarrotan las aceras y se acabará el caos. Y dejen en paz aceras, adoquines y naranjos. Si los vehículos tuvieran para ellos la calzada y los peatones las aceras liberadas de veladores, la circulación de unos y otros sería tan ordenada como lo ha sido siempre... Hasta que el Ayuntamiento se puso a dar licencias de bares, restaurantes y veladores como si tirara confetis. El propio Ayuntamiento reconoce su culpa al justificar la reordenación/ejecución de Mateos Gago aduciendo la próxima apertura del Museo Bellver en la Casa Fabiola que, según el eximio concejal, "conllevará una mayor afluencia de turistas en un eje ya sobrecargado". Pues no lo abran allí, so pela pájaros. No creen ustedes el problema para después solucionarlo destrozando la calle.

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